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El prelado del Opus Dei ve razones para la esperanza en medio de controversias

El prelado del Opus Dei dijo que quiere ayudar a sanar a cualquiera que haya sido herido por la prelatura, mientras cuatro miembros están siendo investigados por denuncias de trata de personas en Argentina.   

Mons. Fernando Ocáriz en una tertulia con miembros del Opus Dei (Cortesía: Oficina de Comunicaciones del Opus Dei)

Monseñor Fernando Ocáriz dijo que el Opus Dei creó una comisión de escucha después de que 43 exnumerarias auxiliares en Argentina denunciaran a la prelatura en 2021 por malas condiciones laborales y salarios impagados. La Fiscalía argentina investiga ahora a cuatro sacerdotes del Opus Dei en Argentina por denuncias de trata de personas.

“Se puso en marcha una primera oficina de sanación y resolución para resolver cada eventual conflicto", Ocáriz dijo a The Pillar. “Nos dio alegría llegar a acuerdos con varias personas y eso facilitó también ofrecer una petición de perdón personal y concreta".

“La escucha amplia permitió aliviar el dolor de quienes han pertenecido durante un tiempo a la institución o han buscado en ella un acompañamiento y una ayuda que no encontraron. Después de ese trabajo, que está generando procesos de sanación, se están habilitando procedimientos similares en otros países", agregó.

Esto ocurre mientras el Opus Dei también pasa por un proceso de reforma canónica a petición del Papa Francisco.

La prelatura -la única en la Iglesia católica- celebrará su centenario en 2028. Fue fundada por san Josemaría Escrivá de Balaguer y hace hincapié en la llamada universal a la santidad y en la responsabilidad de los laicos de buscar la santidad en su vida ordinaria.

En los últimos dos años, el Papa Francisco ha publicado dos motu proprio iniciando una reforma canónica para el Opus Dei.

El primero, publicado en julio de 2022, estipulaba que la prelatura sería supervisada por el Dicasterio para el Clero en lugar del Dicasterio para los Obispos y tendría que presentar un informe anual sobre su trabajo, en lugar de un informe quinquenal como hacía anteriormente.

El documento también afirmaba que el prelado del Opus Dei no debería ser un obispo, ya que «es necesaria una forma de gobierno basada más en el carisma que en la autoridad jerárquica» para el Opus Dei.

El segundo motu proprio, publicado en agosto de 2023, modificó el derecho canónico para especificar que las prelaturas personales serían «asimiladas a asociaciones clericales públicas de derecho pontificio con facultad de incardinar clérigos», y que «los laicos pueden dedicarse a las obras apostólicas de la prelatura personal, pero el modo de esta cooperación orgánica y los principales deberes y derechos relacionados con ella se determinarán oportunamente en los estatutos».

En otras palabras, los miembros laicos del Opus Dei –reconocidos como tal por los estatutos de la prelatura– podrían no ser considerados miembros de la prelatura en sentido estricto, sino “cooperadores orgánicos”.

La forma de cooperación y la relación con el Opus Dei sería regulada por los estatutos de la prelatura, que siguen en proceso de reforma.

Algunos canonistas piensan que los cambios son apropiados para una entidad eclesiástica estructurada como una prelatura personal. Sin embargo, los cambios representarían un cambio radical de la prelatura, ya que la mayoría de las 90.000 personas involucradas en el Opus Dei son laicos. Sólo alrededor del 2% de los miembros son sacerdotes incardinados en la prelatura.

Refiriéndose a la reforma, Ocáriz lamentó la “la dificultad que encuentra el derecho para encuadrar fenómenos pastorales novedosos y quizá el protagonismo que el Concilio [Vaticano II] deseaba que se diera a los laicos aún tiene mucho recorrido por realizar”.

“Puedo asegurarle es que la actual modificación de los estatutos solicitada por el Santo Padre se está realizando, precisamente, con el criterio fundamental de ajustarse al carisma [del Opus Dei], que en muchos lugares hoy es más comprendido y compartido. El derecho, tan necesario, sigue a la vida, al mensaje encarnado, para dar apoyo y continuidad a la vida”, agregó.

Ocáriz durante una visita pastoral a la ciudad de Valencia, España. (Cortesía de la Oficina de Comunicaciones del Opus Dei) 

‘Momentos de examen’

Además de la denuncia penal presentada por 43 antiguos miembros en Argentina, el Opus Dei -conocido por sus miembros simplemente como “la Obra”- se ha enfrentado a otros desafíos en los últimos años.

Entre ellos, una disputa sobre su santuario más conocido en España y denuncias de una campaña sistemática para influir en la política del gobierno de Estados Unidos.

Sobre estas últimas afirmaciones, Ocáriz dijo: “No puedo decirte mucho porque sencillamente es fantasía”.

En septiembre, New York Magazine publicó un artículo titulado «Cómo el Opus Dei conquistó Washington», afirmando que el Opus Dei “está enfocado en reunir a la gente que tiene varias formas de autoridad sobre las masas (...) para sus diversas causas revanchistas”.

El artículo afirma que el Opus Dei “tiene como objetivo, y atrae, a personas como el actual compañero de fórmula de Donald Trump, J.D. Vance, un converso al catolicismo conservador a través de clérigos y personalidades relacionadas con el Opus Dei”.

Afirma que “sacerdotes numerarios, conversos afiliados y sus aliados han trabajado en las cortes y en alianza con políticos “inspirados por la fe” no católicos para aplastar los derechos reproductivos, oponerse al matrimonio igualitario y derribar el muro entre Iglesia y Estado a través del Congreso y la Corte Suprema”.

Ocáriz rechazó esto como “hipótesis y teorías conspirativas, mencionando a personas con nombre y apellido que sin embargo no son miembros del Opus Dei. Estoy seguro de que estas personas serán muy buenos católicos, pero [estos medios] simplemente manipulan la verdad con el fin de comprometer en cuestiones políticas a una institución de la Iglesia”.

“En el Opus Dei no damos indicaciones, consejos u órdenes políticas de ningún tipo a nadie: si alguien lo hiciera los demás nos rebelaríamos. Es contrario a nuestro espíritu. Hay buenos católicos que votan por distintos partidos o candidatos, según su sensibilidad”, continuó.

Ocáriz cree que algunas de estas incomprensiones provienen de una mala interpretación del papel de los laicos en política.

“En el ámbito de la gestión pública, cada cristiano tiene la responsabilidad de formar su conciencia según la doctrina social de la Iglesia, informarse de las propuestas de los candidatos o partidos, reflexionar sobre la mejor opción para el bien común y decidir libremente”, dijo.

“La labor de acompañamiento espiritual que realiza el Opus Dei evita interferir en sus legítimas opciones terrenas. Ante un laico que participa en política (sea o no del Opus Dei) es clave el respeto a su autonomía: sus aciertos y sus errores son responsabilidad suya, no de la Iglesia. Atribuir al Opus Dei o al conjunto de la Iglesia las iniciativas culturales, políticas, económicas o sociales de sus fieles es clericalismo”, agregó.

El prelado del Opus Dei en audiencia con el Papa Francisco el 3 de junio de 2023 (Cortesía: Oficina de Comunicaciones del Opus Dei)

Preguntado sobre si este es el momento más difícil de la historia del Opus Dei por la cantidad de polémicas que le rodean en la actualidad, Ocáriz cree que todas ellas son una oportunidad para hacer examen.

“Cada libro, artículo o documental a los que usted se refiere nos pesa en la medida en que expresan un dolor o frustración en alguna persona. Como comprenderá, trabajamos para que no haya motivos para ello, porque deseamos que vivir la vocación a la Obra sea un motivo de felicidad, como gracias a Dios lo es para muchos miles de personas”, dijo.

“Pero siempre cometeremos errores, porque somos una institución formada por seres humanos. Naturalmente, deseamos detectarlos a tiempo y poner remedio en la medida de lo posible”.

Aunque algunos antiguos miembros y críticos dicen que el Opus Dei no quiere escuchar críticas, Ocáriz añadió que está abierto a ellas, especialmente de personas que han dejado el Opus Dei.

“Las críticas –también cuando no respondan a la realidad-  pueden ser una ayuda para descubrir aspectos en los que mejorar. Aunque puedan no ser agradables ni sean siempre justas, en ocasiones resultan momentos de examen y, a veces, de maduración interior”, dijo.

“A las personas que han formado parte de la Obra y que, por el motivo que sea, se desvincularon, las queremos con toda el alma, y les agradecemos sinceramente el bien que hicieron en ese tiempo y el que siguen sembrando en el presente. Tenemos un gran respeto por cada una, además, porque en esa decisión de ser del Opus Dei había un deseo de entregar su vida a Dios. En numerosas ocasiones he tenido la oportunidad de pedir perdón a quienes conservan alguna herida, por alguna falta de caridad o de justicia, o por el motivo que sea”, añadió.

Dijo, además, que muchos antiguos miembros agradecen el tiempo pasado en la Obra.

“En muchas otras [ocasiones] soy testigo de su agradecimiento por el tiempo pasado en la Obra y por el acompañamiento recibido, que les lleva a seguir participando en las actividades espirituales y formativas”, dijo.

“En el último año, como he tenido la posibilidad de explicar en otra ocasión, casi cada día hemos recibido alguna petición de admisión en el Opus Dei de personas que anteriormente han formado parte de la Obra: la vida muestra que la realidad tiene más matices de los que podríamos suponer según una narrativa excesivamente dicotómica o polarizada”.

‘Una presencia vibrante y abierta’

Aunque el Opus Dei está experimentando actualmente cambios significativos, Ocáriz cree que el mensaje de la prelatura de la santidad en la vida ordinaria es tan relevante como siempre.

“El 3 de marzo de 2017 fui recibido por primera vez en audiencia por el Papa Francisco. En aquel encuentro hizo a los fieles de la prelatura una petición muy concreta, cuando nos animó a dar prioridad a una periferia: las clases medias y el mundo profesional que se encuentran alejados de Dios”, dijo a The Pillar.

Ocáriz dijo que no cree que el papel principal de los laicos sea estar dentro de las estructuras de la Iglesia, sino ser apóstoles en la sociedad.

“El papel de los laicos en la Iglesia no es principalmente el de ocupar cargos en sus estructuras, que por lógica serán muy pocos (algunos podrán ser necesarios) con relación al conjunto”, dijo.

“La Iglesia no son principalmente los templos o las estructuras, sino las personas incorporadas a Cristo por el bautismo. Un laico, una laica que lleva a Jesucristo en su corazón y en su estilo de vida, serán una presencia de la Iglesia, vibrante y abierta en sus respectivos barrios y comunidades de vecinos; entre sus parientes y amigos, entre creyentes y no creyentes”, agregó. 

Ocáriz cree que la espiritualidad del Opus Dei tiene mucho que aportar a esta dimensión de la Iglesia.

“Desde sus inicios, la Obra trata de ir en esa dirección: recuerda que la gente, con virtudes y defectos, puede convertirse en una mano tendida por Dios hacia muchas otras personas, también aquellas que quizá no entrarían jamás en una iglesia”, dijo.

“Es esencial porque es lo que San Josemaría Escrivá entendió que le pedía Dios: explicar, mostrar, descubrir, recordar la llamada universal a la santidad en medio del mundo y a través de las realidades cotidianas, como son principalmente la vida familiar y laboral. Son los fieles corrientes que habitan estas realidades quienes en primer lugar pueden dar testimonio de cómo Cristo se hace presente en su vida y cómo supone un impulso para la transformación personal y de su entorno”, añadió. 

Ocáriz propone volver al espíritu apostólico de los primeros cristianos.

“En los inicios de la Iglesia la evangelización se realizó en distintos contextos: algunos de tradición profundamente religiosa -como vemos en los Evangelios- y otros en los que no era así. Esta realidad es una luz que puede darnos confianza, pues podemos aprender mucho de cómo vivió la Iglesia en ese tiempo apostólico”, afirmó.

“Lo esencial en la misión del Opus Dei es la amistad y la confidencia con cada hombre y mujer, usando palabras de san Josemaría. Colaborar con la gracia de Dios al encuentro con Cristo de personas y naciones, persona a persona, de tú a tú.”

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Nota del Editor: Después de la publicación de este reporte en inglés, un portavoz del Opus Dei contactó a The Pillar para enfatizar que la prelatura “niega categóricamente la acusación de trata de personas.” 

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