La causa de beatificación de Isabel La Católica, reina de Castilla en el siglo XV y principios del XVI, es quizá la más polémica del mundo hispanohablante.
Isabel está considerada la monarca más importante de la historia de España, pero también la más controvertida.
Sus detractores afirman que su papel en la expulsión de judíos y musulmanes y el maltrato de los indígenas en América excluyen la posibilidad de su santidad, especialmente en el contexto actual.
Sus admiradores destacan sus virtudes personales, su piedad y su proyecto evangelizador en América, incluida su constante defensa de los indígenas en América, llegando incluso a arrestar a Cristóbal Colón por esclavizar a la población nativa.
Sin embargo, su causa tiene muchos partidarios prominentes, incluido el Papa Francisco.
Sus defensores argumentan que la expulsión de judíos era habitual y poco controvertida en aquella época, antes de que se desarrollara la idea de libertad religiosa en el seno de la Iglesia católica. Los judíos habían sido expulsados de Inglaterra en 1290 y de Francia en 1304. Más recientemente, habían sido expulsados de Parma, Milán y Varsovia a finales del siglo XIV.
Los admiradores de Isabel también señalan que la reina no sólo demostró virtud personal, piedad e impulso a la evangelización de América, sino también una apasionada defensa de los pueblos indígenas de América, llegando incluso a arrestar a Cristóbal Colón por esclavizar a la población nativa.
La causa de beatificación de Isabel, abierta desde los años 50, había ido avanzando sin ucho ruido, pero se detuvo en el Vaticano en 1991, justo un año antes del quinto centenario del descubrimiento de América.
El principal motivo de la pausa en la causa fue su papel en la expulsión de los judíos de España en 1492, una petición encabezada por el cardenal Jean-Marie Lustigier de París, judío converso, a Juan Pablo II.
Desde 2018, sin embargo, los obispos españoles se han organizado para defender la figura histórica de Isabel y promover su devoción, aparentemente impulsados por el propio Papa Francisco, que apoyó la causa durante su etapa como superior de la Compañía de Jesús y arzobispo de Buenos Aires.
Para responder a las preguntas sobre el estado actual de la causa y las polémicas que la rodean, The Pillar habló con el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello. Valladolid es la diócesis donde se abrió la causa de beatificación hace décadas.
La entrevista ha sido editada por motivos de claridad y extensión.
¿Cuál es el estado actual de la causa de beatificación de Isabel la Católica en el Vaticano?
Se finalizó el proceso diocesano y una vez finalizada la valoración del estudio histórico, lo siguiente sería el avance de la causa en Roma con una comisión de teólogos. Este es el siguiente paso, pero no tenemos noticia de que haya pasado.
En los 90 se pausó la causa por prudencia pastoral desde la secretaría de Estado. Pero puedo decir que hoy día la causa no está cerrada, nunca se nos ha dicho que esté cerrada ni pausada en este momento. Desde el Dicasterio para las Causas de los Santos se nos ha animado a seguir promoviendo la devoción a la Reina y recabando información histórica. Es lo que estamos haciendo.
Hemos recibido muchos testimonios de gente de todo el mundo, de favores concedidos en Iberoamérica y Estados Unidos, de gente que está en favor de la causa y reconoce la santidad de Isabel y su papel fundamental en la evangelización de América. Es algo que muchos católicos hoy en América agradecen. Muchos obispos de Iberoamérica y España han renovado la petición de que la causa siga adelante, incluyendo, en su momento, el entonces Cardenal Bergoglio.
¿Por qué después de haber sido frenada la causa por Juan Pablo II, Francisco ha mostrado un renovado interés en ella? ¿Qué les ha dicho de la causa?
En su tiempo como arzobispo de Buenos Aires, el entonces Cardenal Bergoglio se pronunció a favor del reconocimiento de los méritos de Isabel la Católica y de su papel en la evangelización de América.
Nuestras conversaciones sobre la causa han sido principalmente con el Dicasterio, que siempre nos ha animado a continuar la causa, por lo que suponemos que es algo que viene del Papa y de su aprecio por el impulso que Isabel la Católica le dio a la evangelización de América.
¿Qué ejemplos concretos hay de cómo la Reina Isabel vivió las virtudes cristianas en grado heroico? ¿Qué se sabe de cómo era su vida espiritual y su vivencia de la fe?
Hay un texto en la página oficial de la causa que se llama “Perfil Moral de la Reina Isabel” que recoge una reseña biográfica y da un repaso a todas las virtudes de la Reina.
Como gobernante mostró prudencia y justicia en el gobierno y una gran preocupación por el respeto de la dignidad humana de sus súbditos.
Ahora, los problemas de la causa no vienen solo por las acusaciones de antisemitismo, si no también desde los movimientos indigenistas, que están llenos del pensamiento woke. Por lo tanto, es importante manifestar cómo la Reina impulsó el reconocimiento de la dignidad de la población indígena, mucho antes de que hubiera una idea de derechos humanos.
A raíz de esta visión de la Reina, surge en el siglo XVI el derecho de gentes. Los descubridores llegan y se enfrentan a esta nueva realidad y no había un respaldo teológico, filosófico o jurídico que hiciera fácil defender a estas poblaciones. Colón pensaba que tenía el derecho a comerciar esclavos indígenas, pero fue la propia Reina quien lo detuvo. Así, ella impulsó que desde la teología y el derecho se afirmase la dignidad de los pobladores originarios de la América recién descubierta. Cuando uno lee como hablaba de sus súbditos de América, se ve que quería un trato de dulzura y devoción, no que se les esclavizara.
También se valora su templanza y austeridad a la hora de vestir, vivir y gobernar y su castidad, que no era una virtud muy cultivada en la nobleza y las cortes renacentistas, ni siquiera dentro de la Iglesia.
Algo muy importante es que esta caridad inagotable de la Reina tiene una dimensión social y política, que es lo que la actual Doctrina Social de la Iglesia pide a los laicos, que la política sea una expresión pública y concreta de la virtud de la caridad.
En el simposio que organizamos sobre Isabel y la Evangelización de América, se resaltó la vivencia de la caridad como virtud política y de impulso de la justicia social, a través de la regulación de sistemas laborales en el proceso del descubrimiento de América que prohibía esclavizar a los indígenas y el impulso de propuestas educativas. En el siglo XVI, poco después de su muerte, aparecen en toda América instituciones de enseñanza y universidades, que se desarrollaron a raíz de este impulso y deseo de la Reina de vivir la caridad como virtud social y política.
Isabel fue una mujer extremadamente piadosa, que en todos sus viajes buscaba siempre sitios para orar y apartarse. Siempre que se quedaba en un monasterio, vivía al ritmo de los monjes y las monjas. Tenía un celo grande por la gloria de Dios, que es la clave de un apostolado laical y buscaba, antes que todo, la salvación de las almas en un grado y extensión que sobrecoge a los historiadores.
Mientras que la reforma de Lutero divide, la reforma de Isabel en Castilla une a la Iglesia. Isabel promovió la reforma del clero, de las congregaciones religiosas y del pueblo de Dios.
Todos estos aspectos han sido especialmente valorados en el estudio histórico de 30 volúmenes que se llevaron desde Valladolid hasta la Santa Sede y que están recogidos en la Positio.
Para nosotros, la promoción de esta causa tiene que ver con la vocación cristiana laical en su dimensión social y política: queremos que Isabel inspire a los que se dedican profesionalmente a la vida pública a cultivar las virtudes cristianas en lo social. Más allá de que avance en el Vaticano o no, esto es lo que nos motiva. Ahora, entendemos que esto tiene una especial dificultad al tratarse de una reina. Por eso, no solo estamos fijándonos en el aspecto de la devoción popular, si no también en promover estudios históricos desde la Comisión. La beatificación la dejamos en manos de Dios.
La causa fue pausada principalmente por la expulsión de los judíos de 1492. ¿No es esto razón suficiente para mantener la causa suspendida?
Hay tres grandes dificultades: Esta que mencionas, las relaciones con el mundo islámico y hoy el asunto del indigenismo, que lee la evangelización y el respeto a las culturas originarias de forma problemática, tanto histórica como eclesialmente.
Estas aportaciones históricas ayudan a situar bien todo. Por ejemplo, hay que entender su relación con el Islam desde una tarea de reconquista de España, desde una época de conflicto.
Todo esto está estudiado. Lo que tenemos que hacer es resaltar el contexto histórico y los pasos concretos que la Reina dio para evitar mayores conflictos, en especial en relación con los judíos. No podemos juzgar hechos de hace 500 años con los ojos de hoy, eso no sería justo.
¿No piensa que la reciente ola de antisemitismo en Europa y Estados Unidos llama a la prudencia con una causa que fácilmente puede ser manipulada para fines políticos?
Siempre que se habla de una causa de beatificación de un gobernante, hay dificultades de este tipo. Pero repito, no podemos leer situaciones de hace 5 siglos con los ojos de hoy. La mayoría de las dificultades vienen de aquí.
Ciertamente, estos cuestionamientos nacen de la Iglesia, de ciertos obispos y personas en la Santa Sede preocupados por este problema que mencionas.
Ahora, una causa de beatificación promueve las virtudes de alguien y las ofrece como un modelo a seguir, como un bien para la Iglesia y la evangelización. Si la causa se manipula, puede volverse lo contrario, un factor de desunión. La Iglesia no quiere eso. La arquidiócesis de Valladolid no quiere eso. Queremos promover las virtudes de la Reina, y hacer estudios históricos y teológicos que ofrezcan una perspectiva esclarecedora sobre el contexto histórico y político de la Reina.
¿Ve que la causa llegará a buen puerto en el corto plazo?
En el corto plazo, no lo creo. En el mediano plazo, puede ser. Si no tuviéramos la esperanza de que la causa llegase a algo, abandonaríamos este empeño. No veo que la situación cambie en el corto plazo, pero seguiremos dando a conocer los textos históricos que tenemos y hemos preparados.
Pronto, publicaremos un texto de carácter divulgativo basado en los amplios estudios históricos que se han hecho, para responder a este tipo de preguntas y controversias sobre la causa para dar más luz a la situación.